El objetivo de esta reforma siempre fue recuperar la presencia y el sabor de los materiales y soluciones constructivas de las viviendas del ensanche valenciano. El principal reto del proyecto, antes de abordar el diseño del espacio, era conservar los elementos arquitectónicos originales, restaurarlos y sacarlos a la luz. El ladrillo caravista, las ventanas de madera natural con sus cuarterones y contraventanas, las viguetas de madera originales y los revoltones -en este caso enlucidos y pintados en blanco-. Se introducen nuevos elementos de materialidad como la madera natural y el verde en el mobiliario de la cocina.
La estrategia de distribución fue la de abrir y hacer más diáfana una vivienda que en su estado original estaba excesivamente compartimentada. Se decide volcar la zona de día hacia la fachada principal, aprovechando todo el chaflán, que goza de una luz natural maravillosa y, hacia el interior, disponer las habitaciones y los baños. La zona de día se concibe como un espacio único, abierto a la fachada principal mediante altísimos ventanales de madera, sustituyendo a los originales, pero con idénticas características y estética. La distribución final permite reducir los espacios en pasillos y circulaciones al mínimo.
Para poder disponer la zona de día en un espacio único y diáfano fue indispensable trabajar la cocina con mimo. Abrirla completamente al estar resulta muy interesante, sobre todo, si se diseña y se piensa para que su integración sea perfecta. Ocultando, panelando y eliminando de las visuales todos aquellos elementos que puedan perturbar la estética final del espacio, lo que nos permite mostrarla abiertamente hacia el salón y la zona de estar. Se opta por una madera en acabado verde laurel que le da un toque de frescura, sofisticación y elegancia. En perfecta combinación con los detalles de madera y la bancada de mármol.
Reforma en Calle Sueca — Ruzafa — Valencia
Comprometidos con los espacio que habitamos
