Queremos mejorar la vida de las personas.
Usamos materiales de proximidad.
Comprometidos con los espacios que habitamos.
Creemos en una arquitectura atemporal.
Queremos volver la arquitectura y las artes a su sentido humano.
Nos preocupa el entorno rural y los pueblos vaciados.
Creemos en una arquitectura comprometida con lo social.
Queremos ser tus cómplices a la hora de llevar a cabo el sueño de hacer una casa.
Creemos en el poder transformador que tiene la arquitectura y el diseño bien ejecutados.
Contribuimos al bienestar de la sociedad y al desarrollo sostenible.
Defendemos fervientemente los derechos humanos.
Concretamente, la accesibilidad, la sostenibilidad y la equidad en los espacios construidos
Diez años pueden dar para mucho si están claros los sitios a los que se quiere ir. Y Andreu, Carles y Fran siempre han sabido cuáles eran las rutas que querían seguir y los lugares a los que querían llegar. Las pequeñas poblaciones también necesitan arquitectos de cabecera que ayuden en la gestión de las ayudas para acometer mejoras en sus pueblos. Y ahí el compromiso de Epigram es inquebrantable: no sólo ayudan a solicitar las subvenciones para mejorar las plazas, las calles, o algunos edificios públicos, sino que organizan talleres de participación ciudadana en cada proyecto para que los vecinos y vecinas participen en el proceso de mejora de sus propias ciudades, de sus espacios y, en definitiva, de sus propias vidas.
Estudiar una carrera como Arquitectura, en una universidad como la Politécnica de Valencia, une.
Son años intensos, difíciles y sacrificados en una escuela que tiene la reputación de ser una de las mejores -y más exigentes- de España. Allí se conocieron Andreu Benedito, Carles Palmí y Francisco Olivas, entre apuntes, exámenes y trabajos.
En aquellos años, ya soñaban con trabajar juntos, con tener su propio estudio y proyectar sus ideas, su manera tan especial y particular de entender la arquitectura. Querían crear un espacio para proyectar sus inquietudes profesionales pero también sociales, un estudio de arquitectura que no sólo fuera un mecanismo de creación, sino una entidad comprometida con lo social, con los espacios que se habitan y concienciados de los problemas, con la valencianía pero, sobre todo, con las personas.
En 2013 aquel sueño empezó a tomar forma. Carles, Andreu y Fran fundaron Epigram, con toda la ilusión y compromiso con el que atienden el estudio diez años después. En este tiempo, el estudio ha crecido y ahora el equipo está formado por 23 personas.
Fran, Carles, Andreu y todo el equipo del estudio están comprometidos con los pueblos vaciados y ponen el bienestar de las personas, su calidad de vida y el impacto en el entorno de los espacios que se construyen en el eje central de todo su trabajo.